6/4/09

Crónicas Baficianas (3º y última parte)

Otro nuevo año del BAFICI ha llegado a su fin. Vi cosas mejores, cosas peores, pero en líneas generales, estoy muy contenta con los films a los que pude asistir. Lamentablemente, me perdí el largo del grupo Humus, esos muchachos tan simpáticos que hicieron cortos tales como "Al sol en bici" y "Plastiquito", pero confio en que habrá otra oportunidad.

Sin más, vayamos a lo que nos compete.

Jueves 2 (pero ¿cómo? ¡El post anterior terminaba en el Viernes 3! Es que entre tanta peli, tanta peli, me comí una)
Castro - run, Castro, run!
Ya al principio, aparecen tres personas corriendo. Así será toda la película. Todos están detrás de Castro, ¿por qué? No se sabe, y llega un punto, donde deja de importar. Si lo llevamos al simplismo, es la historia de un tipo que va a la capital en busca de un laburo y lo persiguen. Y lo persiguen. Y cuando no lo persiguen, cuando labura, también corre.
Pero tiene cosas divertidas Castro (película). Los diálogos de grandes velocidades y un tanto literales (no es que sean malos actores, sra., es así como el Director lo quiso); la ridiculez absoluta (escena de los paragüas, quiero decir) y, también, la coreográfica persecución con los autos. ¡Esas cosas se pueden hacer acá, carajo!
Lástima, parecía un buen tipo este Castro, el que duerme en el placard, el que cree que el trabajo es el fin de su cuerpo, o de su mente, o de su amor con Celia.

Tan equivocado no estaba.

Sábado 4

Take out -déjeme el cambio.
A Ming Ding, chino radicado en Nueva York, le vienen a cobrar la plata que debe. Pero el pobre, no tiene un peso (o un dólar, mejor dicho). Su compañero de trabajo (que ya podríamos llamarlo "amigo"), le deja hacer todos los repartos de ese día del local de comida china. Y ahí va MIng Ding, puerta a puerta, con la bici, juntando las monedas, quedándose con el cambio. Y vamos nosotros siguiéndolo en su recorrido, rogando para que la guita le alcance. Menos mal que llueve, y que más gente llama al deliveryboy.
Escenas imborrables: la del "thank you very much, and smile" o, en su opuesto, luego del robo, Ming Ding, acuclillado en el ascensor, temblando de bronca, de impotencia. Sí, una imagen vale más que mil palabras. Así es.

Tiene su ritmo, tiene su encanto. Las entregas se combinan con retazos de comicidad, por ejemplo, entre la gerente y los clientes. Todo, con esa pinta tan "natural", o tan "´dogmática", como dijo su director (buscar en google: Dogma 95).

Y tanto o más interesante, resultó la charla con Sean Baker, demstrando la plena independencia del film. A saber: el dinero, salió de lo que había en las cuentas bancarias de ambos directores. Consiguieron el local de comida con la restricción de no intervenir en el negocio, es decir, que si entraba un cliente o había pedidos, serían atendidos aunque se estuviera rodando. Gracias a esto, y a pasar tanto tiempo en el lugar, es que algunos clientes de la peli, son clientes en la vida real; el resto, amigos. O la gerente ficcional, es la gerente real. ¿Y los clientes de la entrega?
Anuncio:"¿Quiere participar en un film independiente? Sólo le tomará media hora, iremos a su casa y le pagaremos $5". Filmaron a 50, dejaron 25.

Esas intimidades de rodaje, de realización, son las que te abren los ojos y te hacen pensar: "sí, se puede".



Pranzo di Ferragosto - mi casa, hotel para la tercera edad
Gianni es un hombre desocupado que vive con su madre. ¡Atención! Lejos está este desempleado amigo de conseguir un bicicleta cueste lo que cueste e ir a pegar carteles; por el contrario, prefiere pedirle un buen vino blanco a su almacenero de confianza y que se lo cargue en la cuenta.
Hasta que llega el administrador del edificio y le ofrece salvarlo de la paga de expensas a cambio de que se quede con su madre durante el feriado de Agosto. Gianni, tentación monetaria de por medio, accede.
Pero Marina no viene sola, vienen con la tía María. Y, como si con tres señoras que no parecen llevarse muy bien, no tuviera suficiente, su médico le pide que esa noche cuide a su madre Grazzia, dinero sobre la mesa nuevamente.
Un hombre, atendiendo a cuatro mujeres. Y se sabe que, cuando hay cuatro ancianos cancheros en una misma película, la cosa será graciosa.
¡Viva Italia!
Film que si bien no deslumbra, no deja de hacernos reír. Y pesar en los domingos en familia... aunque esos días, ya no son tan usuales.



I sell the dead - un mordisquito.
Arthur Blake fue acusado de asesinato y sentenciado a morir. "Que le corten la cabeza", dijeron. En sus últimas horas, le cuenta al padre Duffy cómo es que se metió a trabajar como ladrón de cadáveres.
Y ahí, querido lector, es cuando empieza lo bueno. Porque los robos llevan comicidad. Y llevan vampiros, zombies y semejantes criaturas no muertas. Además, de malvados contrincantes y... ¡un alien!
No hay mucho más para decir en verdad (¿o será el sueño que me alcanza?), es un película ágil, de fácil entendimiento, chistosa, y con clima terrorífico, sin llegar a serlo.



Domingo 5
Sweet Century - Mi lucha contra el autoritarismo
Documental de la checa Helena Trestiková, que presenta a 7 mujeres que, con la llegada del régimen comunista a la República Checa, decidieron ayudar a escapar a unos estudiantes que participaron en una marcha en su contra; razón por la cual, fueron llevadas a prisión y allí permanecieron por once años, o más.
Un film muy emotivo, en el que se cuentan las vivencias de estas mujeres por sus propias protagonistas. Ninguna se arrepiente. Todas lo volverían hacer. Y hasta hay quien está en paz con los que las sometieron, con los que las retuvieron. Todas, hablan para no olvidar ese pasado, por la justicia y la memoria. Todas hablan por el presente y para el futuro.
Señoras que se atrevieron a seguir sus pensamientos, los dictados de su consciencia, sin temer. Sin renegar de sus decisiones, aunque hayan perdido a su familia, a sus amigos.
Este documental rescata sus figuras, rescata el pasado de la República Checa para el resto de las generaciones y para las que vendrán. Aunque nuestras narradoras ya no estén.

Daytime Drinking - las mujeres son como el viento.
Para cerrar el BAFICI, asistí a una película que esperaba mucho. Lo que mi cabeza retuvo al leer la sinopsis fue: "orientales ebrios". Y con eso, ya tenía suficiente como para comprar entradas para todas las funciones.
El protagonista de esta historia, terminó con su novia. Y para animarlo, sus amigos deciden ir a un viaje. Imaginen su sorpresa cuando llega a destino y descubre que es el único que no estaba lo suficientemente ebrio como para olvidarse del arreglo. Solo, entonces, empieza a tomar y caminar para llegar a la hostería. Allí, conoce a una muchacha. Que después descubre que está con un muchacho. Toman alcohol. Se va a la playa. Conoce a otra muchacha. Se reencuentra con la primera. Toman alcohol y alcohol y alcohol.
Se despierta en la nieve, sin pantalones. Se reencuentra con la segunda muchacha, que lo insulta, otra vez. Un camionero lo ayuda. Toman alcohol. El camionero tiene pretenciones.
El camionero lo deja, llega su amigo. Van a la pensión. Toman mucho alcohol. El tipo, se vuelve a casa.

Sencilla, en realidad, barata, y sumamente cómica; cuando todo parece terminar, ajusta un poco más el tornillo, y saca una nueva carcajada.

Lástima que el director no se quedó al final, para hablar de su película. Me hubiese encantado escucharlo.




Despido al BAFICI (aunque ya haya terminado, aunque hace días que este post esté danto vueltas como borrador, sin tener tiempo para terminarlo), será hasta el próximo año.


Cooming Soon: festival de historietas!! =)(oh, yes, this is not the end)

2 comentarios:

lu. dijo...

EEEEEEH
EEEEEEH
LOCO
EEEEEEH
quiero.

lu. dijo...

perdón. este mes tan lesbico mezclado con que vienen los doors y el sueño causan eso.

EEEEEEEEEEEEEEEEHH LOCOO