11/1/09

Yo maté a Pepe Grillo




Buenos Aires, 7 de Enero de 2009

He de confesar mi delito antes de ir a parar a la horca. He de irme de este mundo con la consciencia limpia. He matado, sí. Pero no fue premeditado. Y espero que no quieran adjudicarme más culpas que la de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.
8:58 AM. Ingreso al edificio.
9:01 AM. Prendo la computadora y saco el termo del armario.
9:05 AM. Inicio sesión y salgo a llenar el termo con agua caliente, escuchando Mr. Brightside, de The Killers, mientras camino al compás de la música.

9:07 AM. Siento la garganta reseca, el calor del subte aún me atormenta, así que saco del dispenser un vaso térmico y lo lleno de agua fría. Y es entonces, cuando todo sucede. Sin razonamiento alguno, escupí el agua que había entrado de una vez en mi boca. Y tan solo pocos segundos después, cuando miraba el buche en el suelo, reaccioné que había escupido porque había sentido algo. Y, entonces lo ví: un grillo. En el suelo. Aparentemente inconsciente, o muerto.
Fue entonces cuando caí en la cuenta de la existencia de otro problema: ¿qué hacer con el agua que me había quedado en la boca y que aún no había tragado? Mi cerebro, haciendo acto de presencia esta vez, me ordenó escupir esa pequeña cantidad de líquido, en la pileta. Acto seguido, tiré el vaso, examiné dentro del termo y fui corriendo al baño a ver si había algún tipo de "resto" entre mis dientes.


4:15 PM. Un compañero se sirve agua del dispenser. Yo voy a la oficina contigua a entregar unos papeles.

Y:-¿Viste el grillo?
C:-¿Qué grillo?
Me acerco y se lo muestro, a un costado de la puerta.
C:-¡Uh! Pobrecito... lo mataron...
Y:-Sí... pobre Pinocho.

Agos dice que maté a mi consciencia.


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"El médico se identificó cuando se pusieron al teléfono, luego dijo rápidamente, Bien, gracias, sin duda la telefonista le había preguntado, cómo está, doctor, es lo que decimos cuando no queremos mostrar nuestra debilidad, decimos, Bien, aunque nos estemos muriendo, a esto le llama el vulgo hacer de tripas corazón, fenómeno de conversión visceral que sólo en la especie humana ha sido observado" José Saramago, Ensayo sobre la ceguera