31/7/08

Tim Burton - cortometrajes

Vincent (subtitulado)




Frankenweenie no está traducido. Ni doblado. Es así, a la inglesa. ¿?

Frankenweenie parte I




Frankenweenie parte II

23/7/08

...Matador...

El título sale del tema de los Fabulosos, que iba escuchando en el subte... y la imagen fue tan fuerte, que llegué a la oficina, hice a un lado la pila de laburo que tenía (nótese la ironía...) y lo escribí.
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Hace a un lado su rifle y, lentamente, se acerca a un paquete de papas fritas ya abierto. Mete la mano, lo da vuelta y caen unas míseras migas. Vuelve a sentarse, agazapado, entre una cama dada vuelta y un par de cajas, con el rifle descansando sobre su pecho. Por las ventanas, tapiadas, se cuela un halo de luz, propia de la noche. Oscuridad y silencio. Así estaba desde hacía unas semanas. “No, mentira… así estoy desde hace 5 días… antes, por lo menos, venían el Javi, Martín, Ana…”

-Es mejor que se escondan, hasta que esto se calme un poco, o hasta que se puedan ir de una vez.
-De acá no nos vamos, Ana.
-¡No te digo para siempre, Rodrigo! Pero si se quedan acá, los matan.
-Morimos por una causa-intervino Joaquín
-Y yo la apoyo, pero si nos matan a todos, ¿quién va a luchar, eh? ¿Tus viejos?

A Joaquín lo agarraron pocos días después de esa conversación y lo fusilaron. Rodrigo accedió a esconderse y, de cuando en cuando, alguno de sus compañeros pasaba a contarle las novedades, dejarle comida y hacerle compañía.

-Ayer hicimos una reunión. Hay un par de caras nuevas, amigos del Javi, buena gente, parecen. Les dimos unos cuantos panfletos para repartir por las casas. Y anoche, colgamos un par de pasacalles, frente y en el ministerio. Fue como volver a lo de antes, ¿te acordás?-Ana le relataba las operaciones que la agrupación había vuelto a realizar, sentada entre sus piernas, mientras le cebaba unos mates. Rodrigo la escucha, le acariciaba la cabeza y pensaba en lo que daría por salir de allí y volver a pelear por lo que creía justo, por sus ideales.

-Las cosas se están complicando.-Javier hablaba rápido.-La agrupación tuvo que parar por un tiempo, porque nos estaban controlando, me parece que había un infiltrado, o algo. Martín se fue para Uruguay, con el hermano. Yo me quedo, pero no es seguro que siga viniendo, ¿entendés? Por vos, por mi, por todos, por la causa. Te compré comida y cartuchos, por las dudas. Lo mejor, es que te encierres en un lugar, cosa que si vienen… vas a poder esperarlos, ahí, sin correr el riego de que te aparezca alguno por atrás. Cuando las cosas se calmen un poco, yo voy a venir. Pero está muy jodida la mano.
-¿Y Ana?
-No, ella… ella no puede venir.-tragó con fuerza- Entraron a la casa… y se la llevaron. Todavía no apareció por ningún lado. Todos la estamos buscando… el otro día, a Diego, lo retuvieron en la comisaría por eso. Nos cortan de todos lados, no es fácil.-Rodrigo se había apoyado contra la pared, en silencio. Asintió, sin saber a qué. Javier lo abrazó con fuerza, dándole unas palmadas.- Lo vamos a lograr… tal vez no ahora, pero en algún momento. –le dijo por lo bajo.

Rodrigo recuerda todo eso. De pronto, un ruido lo sobresalta. Pasos, por fuera de la casa. Un golpe seco contra la puerta de entrada. Y balas que suenan. Se sienta, buscando la mejor posición para disparar en cuanto abran la puerta. Gritos, órdenes. Muebles que son hechos a un lado. Se seca el sudo de la frente. Se agazapa aún más. Las últimas palabras del Javi le llegan a sus oídos.
Los pasos, los gritos, son cada vez más cercanos. Distingue varias voces.
Una extraña sonrisa se dibuja en su rostro. Del otro lado de la habitación, reina el silencio. “La calma antes del huracán”. Una patada contra la puerta. Otra. Rodrigo aferra su rifle con fuerza. La puerta cae. Dispara. Un hombre uniformado cae muerto, pero hay otros que responden a sus balazos. Una bala impacta sobre su hombro. Le duele, pero sigue peleando. Llegan más hombres, poco a poco, ganan terreno en la habitación, cercándolo. Rodrigo siente la sangre brotando. Una bala más penetra su cuerpo. No va a sobrevivir. Su boca se curva hacia arriba. “Lo vamos a lograr”.

16/7/08


Hoy:
-descubrí que las cosas, en la vida, no pasan como en las películas o como en los libros de Cortázar. Y que eso, no me tiene que bajonear, porque este cambio me hizo bien... de verdad, mi autoestima ya no está recontra pisoteada. Y aunque yo siga sin ver, me siento mejor conmigo misma. Eso es importante.
-no extraño al Nacional... pero es loco volver, caminar por esos pasillos con cierta sensación de libertad. Entrar y encontrar mi banco, con mi nombre, mis bandas, y la firma de una tal "Jus". Cruzarme con los profesores (Acera!!!! como lo quiero!)... es muy raro... pero es lindo.
-me junté con mis amigas, a charlar de la vida (porque cuando uno no se ve por un tiempito, hay que ponerse al tanto de las novedades.. aunque, por un lado, ese "tiempito" haya sido media semana)
-me compré un cuaderno y lo mejor que pude hacer, fue empezar a escribirlo, primero con mis penas estúpidas (y momentáneas... es la ciclotimia, que me alcanzaaaaa), después dándome ánimos para levantarme, haciéndome sentir mejor.
-me sinceré conmigo misma... tal vez no pueda transmitírselo a otros, pero yo lo tengo en claro
-ví la luna, llena y brillante, despejada.
-y te voy a poner las cosas en claro, a vos (¿?), a mi: no me gusta la dulzura nauseabunda, esa de conejitos y ositos rechonchos, de ojos brillantes... no. Y ojalá no caiga en esa dulzura... me repugna, me empalaga. Pero no todo es blanco y negro... ¡por suerte están los grises! Calculo que debo andar por ahí, pero todavía no me encontré. Y si me encuentro, no te voy a avisar (mi simpatía... no tiene límites, my friend!)

8/7/08

Termo-Dinámica

Martín llega a la oficina, prende la luz, apoya el bolso en el suelo y enciende la computadora. Ingresa su contraseña y la deja iniciando la sesión. Toma el termo y sale al pasillo.
Darío sube los últimos escalones de dos en dos y dobla por el corredor, ingresa en la oficina, se quita el saco mientras saluda a sus compañeros y prende la máquina. Toma el termo y sale al pasillo.
Martín y Darío se encuentran, cara a cara. Dos hombres, dos termos y un dispenser. Darío hace un movimiento ascendente con la cabeza, en reemplazo del conocido “hola” o el “buenos días”. Martín lo imita. Solo ellos, esta narradora y quien haya tenido que luchar por conseguir agua caliente en el trabajo, comprenderán la gravedad de la situación; y aunque el gesto denota cordialidad, sus miradas echan fuego. Sujetan los termos con firmeza. Y, como si un contador invisible marcara la largada, en forma simultánea comienzan a caminar velozmente. Una mujer sale del baño y ante tal escena, viendo en peligro su vida, se mete de nuevo. Un par de empleados se asoman a la puerta de las oficinas, alentando a los jugadores y haciendo apuestas. Martín da pasos largos, Darío los da más cortos, pero rápidos. Van cabeza a cabeza. El dispenser se deja ver por la puerta abierta de la salita del fondo. La luz roja está apagada: hay agua caliente. Darío mira con furia a Martín por el rabillo del ojo. Martín aprieta los dientes y acelera. Darío mueve sus brazos, como dándose impulso, y no se queda atrás. La competencia está muy pareja y cada vez falta menos para alcanzar su objetivo. A Darío se le entrecorta la respiración, Martín se seca el sudor de la frente con la manga de la camisa. Sin perder el ritmo, abren los termos.
La puerta de la última oficina se abre. Emiliano sale, con su paso tranquilo, termo en mano, hacia el dispenser, pocos pasos delante suyo. Se agacha y deja correr el agua caliente.
Martín y Darío se detienen en seco. Emiliano termina de cargar agua, cierra el termo y se da la vuelta, para volver a su oficina.
-Hola, ¿qué tal?
Cierra la puerta detrás de él. La luz roja del dispenser ya está prendida.
Los muchachos que estaban apostando, dan una patada al suelo y vuelven a sus labores.
Martín y Darío, se quedan de pie, atónitos por unos instantes. Luego, reaccionan y retornan a sus escritorios, con la mirada gacha, y controlando de tanto en tanto, los relojes, listos para la revancha.

2/7/08


Día liniero... ¿linierístico? Un día que leí mucho liniers, baaah. Una de las cosas que voy a hacer con mi primer sueldo (una de las tantas...), será comprarme algún libraco de este señor. =)
Así, como Fellini, fue mi día... es que no hay facu los miércoles y en el laburo estuvo todo muerto... ¡Jefe, le pido!¡No quiero ser ñoqui!¡Deme algo para hacer! Esto de ser secretaria, me mata. =S
Hoy me llegó un mail, así, loco. Y me dijo parte de la verdad de la milanesa: este blooog tiene un año, más. Feliz año plus, blog. Lástima que no te use tanto. Pero sabés que te banco. =)
Y me enamoré de las cosas simples y sencillas de la vida. Dan muchas satisfacciones. Pobre Mick Jagger, ojalá un día las conozca.
Se me acaba el primer cuatrimestre de la faculté. ¡YA! Y se fue medio año... ¿no hay reembolso si no nos rindió? No es que sea mi caso, o tal vez sí... siento que en 6 meses, menos, cambiaron muchas cosas y yo también lo hice (no tanto, no tan bruscamente, pero me siento diferente).
Adios, medio año del 2008. Fuiste... interesante de conocer. =)
Adios, a vos.