29/5/08

Mother

Día al pédocles en el labúrocles. Here is the result (a part of it). =P



-Chau, me voy-dice la madre al niño, sin pensarlo verdaderamente, unos pasos más adelante. El pequeño la mira y se pone de cuclillas, intentando no caer sobre la fría y sucia vereda. La gente camina, sin prestarle atención: “chau, me voy”, es un frase muy conocida que los padres le dicen a sus hijos para que superen un berrinche y caminen. Pero el niño no parece comprender esta simple regla paternal. Se queja. La madre mueve el pie, con ansiedad. Lo llama y nada. Se acerca hacia él, e ignorando el llanto que comienza a salir de su garganta, lo alza en el aire. Recibe una patada y un suave golpe con la mano. Lo reta. “A mamá no”. Eso si lo entiende y deja de moverse, pero continúa llorando. La madre se lo lleva.



“A mamá no”. Él no le pega. Él se enoja, pero no hace berrinches. Se encierra en su cuarto y sube el volumen de la música. Las paredes de la habitación delimitan un mundo, su mundo, en el cual él es amo y señor, en el cual la figura materna no existe, no interfiere. El muro que separa. El muro, que como dijo Pink Floyd, su madre le ayudó a construir. Piensa. No la odia, pero se da cuenta que ya no puede estar allí…el cariño no tiene nada que ver con la independencia. Con determinación, agarra la mochila del suelo, mete unas remeras, un pantalón y un calzoncillo. Toma la billetera, cuenta el dinero y agarra un poco más que tiene guardado en un cajón. Desodorante, lapicera, hojas y un libro se pierden dentro del bolso. Se pone una campera raída que colgaba de una silla. Para la música, saca el disco y lo guarda. Se carga la mochila al hombro y abre la puerta. Su madre está en la cocina y gira la cabeza para verlo, pero no dice nada.

-Chau, me voy.- pasa a su lado. La mujer abre la boca, queriendo preguntar algo para lo cual no hay combinación de letras que produzcan un sonido existente. Él toma la llave y abre la puerta de la casa. Vuelve a mirarla, parada, en la cocina, a unos pasos suyos. Y por un segundo, la imagina haciendo un berrinche, revoleando sus brazos, pataleando y llorando. Sonríe y se va.

6/5/08

Al Sol en bici

Sí, es un corto que no dura 5 minutos, sino 16, pero lo vale. Para levantar los ánimos, aunque no estén caídos. Enjoy it!

5/5/08

Seda

Me viste llegar y yo también noté tu presencia. Nuestras miradas se cruzaron un instante, pero fue suficiente como para hacernos cómplices y dejar todo dicho: ambos, buscando el mismo puesto, ¿fanáticos del cine? Ya podía vernos sentados en un sillón viendo La Naranja Mecánica.
Como faltaba para que me entrevistaran, saqué Así hablaba Zaratustra. Y me sumergí en las lecciones del autor. Tanto, que cuando levanté la vista, ya habías entrado al local.

Te vi salir, pararte frente al árbol, pero cuán grande fue mi sorpresa cuando te acercaste y me preguntaste algo que no logré decifrar. "¿Qué?", te digo, saliendo de mi insomniación. "¿Tenés seda?", suenó tu voz grave y con un acento extraño en mis oídos, mientras pasabas tu mano por delante de tu nariz. Sin comprender tu pedido, busqué en mi bolso, saqué el paquete de pañuelos y te lo extendí. Sonreíste, "Nono, seda", e hiciste un gesto que lo dijo todo: querías armarte uno. Negué, aguantando la risa, mientras imaginaba a los integrantes de Las Pastillas del Abuelo apareciendo del centro de Pilates que allí se encontraba cantando: "así que armate uno, armate uno Hernán".
Vuelví a guardar los pañuelos, y cuando levanté la cabeza, ya no estaban, ni él ni Las pastillas y yo me muerdí los labios, evitando reír alevosamente, pensando en lo ingenua que fui, en lo equivocado que estaba y lo... estúpido que debió parecer todo. El hombre que estaba a mi lado me miró raro.

2/5/08

-Conozco un planeta donde hay un Señor carmesí. Jamás ha aspirado una flor. Jamás ha mirado una estrella. Jamás ha querido a nadie. No ha hecho más que sumas y restas. Y todo día repite como tú: "¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!" Se infla de orgullo. Pero no es un hombre; ¡es un hongo!
-¿Un qué?
-¡Un hongo!
El principito esta hora pálido de cólera.
-Hace millones de años que las flores fabrican espinas. Hace millones de años que los corderos comen igualmente a las flores. ¿Y no es serio intentar comprender por qué las flores se esfuerzan tanto en fabricar espinas que no sirven nunca para nada? ¿No es importante la guerra de los corderos y las flores? ¿No es más serio y más importante que las sumas de un Señor gordo y rojo? ¿Y no es importante que yo conozca una flor única en el mundo que no existe en ninguna parte, salvo en mi planeta, y que un corderito puede aniquilar una mañana, así, de un solo golpe, sin darse cuentade lo que hace? Esto, ¿no es importante?

Éste es, para mí, el más bello y triste paisaje del mundo. Es el mismo paisaje de la página precedente, pero lo he dibujado una vez más para mostrároslo bien. Aquí fue donde el principito apareció en la Tierra, y luego desapareció.

Mirad atentamente esta paisaje a fin de estar seguros de que habréis de reconocerlo, si viajáis un día por el África, en el desierto. Y si llegáis a pasar por allí, os suplico: no os apresuréis; esperad un momento, exactamente debajo de la estrella. Si entonces un niño llega hacia vosotros, si ríe, si tiene cabellos de oro, si no responde cuando se le interroga, adivinaréis quién es. ¡Sed amables entonces! No me dejéis tan triste. Escribidme en seguida, decidme que el principito ha vuelto...

El principito, Antoine de Saint-Exupéry

Qué lindo sería encontrarse con el principito...Qué lindo que es tener ese libro y releerlo. Espero poder seguir distinguiendo a la boa que se comió un elefante de un sombrero.