21/8/08

Yo no sé si es que mi Jefe se cansó de mis ratos de "ocio", en los cuales avanzo mis múltiples lecturas y perdía el tiempo sociabilizando con otros seres humanos, o es que es un trabajo en serio, pero estoy transcribiendo unos capítulos de un libro (con sus gráficos y tablas pertinentes, y no puedo explicar la emoción que alcanzo cuando puedo hacer algo que queda copado, "igualito" a lo otro... me siento tan útil... un problema menos para la terapia). No sólo eso, sino que también, me he encontrado recientemente frente a una pila de papeles, con la pregunta en mi cabeza "¿qué me dijo que hiciera con esto?", mirando despectivamente una hoja. Así que finalmente, cuando arranco, entiendo qué es eso de no estar al pedo. Y no me importa relegar la lectura. Es más, el viernes pasado casi casi que me entró el estrés laboral y me terminé riendo en el subte. ¡GE NI AL! (un nueeeevo asunto a tratar en la terapia).

Esta nueva tarea de transcripción (que, además, hace que me cuestione su... "legalidad"), me recuerda a un hecho del pasado, pero mejor:
Yo:-Ya terminé con lo que me había pedido... ¿Tiene algo para que haga?
Jefe:-No.
Y:-0_0

...al día siguiente...
J:-Tomá, lee este libro y fijate qué podés hacer

El libro en cuestión resultó ser algo así como uno de "autoayuda" para empresarios, que proponía un metódico sistema de listas para organizar su trabajo y su vida en general. Visto que el jefe no tenía nada para darme y el libro era un mera distracción, decidí no ofrecer más mis servicios, sentarme cómodamente en la silla y ponerme a leer, horrorizándome ante la idea de que alguien pudiera organizar TODA su vida por medio de listas (de pendientes, de acciones a seguir, de tareas, de blablabla). Al final, planteé un par de ideas para reorganizar la carpeta de nuestra área y listo. Todos felices.


Hoy, además, tuve que ir al banco (casi digo que me iba a empezar a llamar "Pago fácil", pero suena un tanto pervertido... y el banco no tiene tanta diversión (por lo menos, no al público)).

Cajera:-maosmxaxaox...color
Yo:-¿Perdón? ¿Qué? (Pensando: "¿qué no voy a poder pagar? ¡hoy no vuelvo, eh!")
C:-Que la factura del ABL cambió de color... ahora, tiene verde.
Y:-aaah ("¿y antés cómo era?" N. de A.:ahora, escribiendo ésto, me acordé que tenía naranja)
C:-Macri está trabajando.
Y:-Sí, se ve que el verde es pro.

La Cajera no intentó establecer más conversación conmigo. Y yo, entristecida, me tapé la boca para que no viera la sonrisa esa que se te forma cuando encontrás algo gracioso, pero nadie lo comparte (porque la gente no tiene sentido del humor (no es que uno se ría de boludeces, no) o porque está solo).



Así que, el trabajo, junto al fin de semana (por lo menos, el anterior), la facultad y a mi adicción a la lectura están cumpliendo el objetivo principal: mantener mi cabeza ocupada (sigo pensando que debería buscarme algo más para hacer, igual) ;)

1 comentario:

lu. dijo...

tato:
tato, me caes bien.
es sorprendente que lo descubra cada vez que haces algo que me caiga bien.
te estas convirtiendo en una gran tato. (si, mas grande aun)
hoy no ibamos a salir con vi y vos?
ja, que pajeras que somos.