4/8/08

Cielotierra, Tierracielo

Realmente, creo que tanto Cortázar me está afectando… me encuentro discurriendo sobre los significados de las palabras y la descripción del sentimiento que evocan (todo, según lo socialmente convenido, todavía no logré sacarle su significado y llenarlo con otro), o con los más variados pensamientos. Hoy, por ejemplo, me dije a mi misma que si llovía a la salida del laburo, me iba a fumar un cigarrillo… al final, lloviznó, pero no me pareció una causa digna para fumar. Y a la salida del subte, Rayuela en mano, decidí no guardarlo en la mochila, para protegerlo de las crueles gotas (crueles para las hojas) como habría hecho en otra oportunidad. No. Mi mente me dijo: Rayuela merece ser mojado; no con la lluvia torrencial que podría ocasionar su destrucción (cosa que no queremos, al menos, hasta que lo hayamos terminado), sino con esa misma llovizna que no es suficiente para el innoble cigarrillo, pero que le iba a otorgar, de alguna manera mágica, la propiedad de la vida. Y así, mientras caminaba esa cuadra y media que me separa de la estación a mi casa, sentía que el libro que llevaba entre mis brazos, bajo un abrazo que no se le dio a ninguna persona, estaba vivo. Ese libro, tenía vida propia, más allá de si yo lo leía o no. En filosofía de cuarto año leí que, por ejemplo, una mesa existía o era una mesa cuando la mirábamos, o algo así; en Sonido, en la facu, nos enseñaron que el sonido está definido por el hombre, y que si no hay hombre que lo escuche, no hay sonido. Bueno, lo mismo podría pensarse de un libro: si no hay alguien que lo esté leyendo, las palabras no están escritas (los muñecos solo viven cuando los humanos no estamos allí para verlos, enseñó Toy Story); pero este no fue el caso: el libro no necesitaba de mi mirada para ser. ¿Quién soy yo para otorgarle existencia a las palabras de otro? Tal vez, sea al revés, y el libro me dé a mi la vida cuando lo leo…

Sea como sea, Cortázar me está afectando… (qué susto me di cuando llegué al capítulo 36 y pensé que se me acababa todo… o con Talita sobre los tablones… qué GENIALIDAD el capítulo 34, todavía no lo puedo creer).

1 comentario:

Garat dijo...

mirá las cosas que me vengo a enterar! TATO tiene un blog, y se está sintiendo influenciada por cortazar...
Espero que no te influencie demasiado, cortazar era un hombre malo que escribía para ocultar una segunda vida en la que la droga y pegar a su mujer eran su mejor pasatiempo.
además de que me aburre, algo que como sabrás no puedo tolerar.

TATO, que sigas bien.
Santiago