16/4/08

Julien is a punk rocker

Julien Temple estuvo en el Bafici, presentando sus tres documentales: The filth and the fury (sobre los Sex Pistols), Glastonbury (sobre el festival omónimo) y Joe Strummer: The Future is Unwritten (sobre el cantante de The Clash). Lamentablemente, no pudo ir a la presentación de este último en el cine en el que yo estaba (dios me odia!!!!), así como yo tampoco fui a la charla que dio en el Museo de los Niños, pero no importa, ya hablé con él, y acordamos juntarnos a tomar una cerveza este finde.

Acá, transcribo tres anécdotas que aparecen en el diario del Bafici.

Free Fallin' Pistols

Los Pistols era una banda punk hardcore y no les gustaba que los filmen. Por eso, cuando me veían con una cámara, hacían lo imposible para que dejase de filmar. Sid, por ejemplo, tenía un talento increíble para escupir desde largas distancias y darle al lente de mi cámara. Pero bueno, recuerdo particularmente un show semi-secreto durante la famosa gira cancelada, en un cine abandonado, en el que me metí a filmar desde un palco viejísimo, que supongo no se usaba hace un tiempo. En el medio del recital, el piso se desprendió y caí de espaldas sobre el público, y después sobre el piso del lugar. Cuando me levanté, los Pistols habían dejado de tocar y estaban todos señalándome y riéndose. Y yo, abrazado a mi cámara, hecho mierda.


Leche y cassettes para Woody

Ufff... Strummer era un tipo increíble, tengo miles de anéctoras con él. Me acuerdo que antes de saber quién era, me lo cruzaba casi a diario en el barrio donde vivía, un lugar repleto de casas abandonadas. Te dabas cuenta cuál estaba habitada por las dos botellas de leche en las escaleras a la mañana, horario en el que generalmente los tipos como nosotros volvíamos de algún bar o algo así. La costumbre a esas horas era robar una botella en el camino de vuelta; dejar una para sus dueños verdaderos y llevarse la otra para el té de la mañana. Salvo Joe, que siempre se llevaba las dos.
Ya siendo amigos, viajábamos mucho en auto, y cada vez que pasábamos por una estación de servicio, me hacía parar para revisar las pilas y pilas de cassettes que se vendían en oferta, como un último escalón de promoción antes de su desaparición del universo comercial. Revisaba y revisaba hasta que volvía con un hallazgo, siempre.


No te banco más, Glasto

Filmar el festival de Glastonbury fue algo gigantesco y agotador. Durante mucho tiempo fui y grabé muchísimo material, hasta que llegué al punto de no poder capturar un solo segundo más. Era raro:iba, me la pasaba mirando a través del visor de la cámara, encontraba cosas buenísimas, pero no las filmaba. No me preguntes por qué, pero no podía. Había algo en mi cabeza que decía "no, no...no podés filmar más". También en otra oportunidad, me cagaron a trompadas mientras filmaba, pero eso es otra historia.

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