Tras una noche de copas, me levanté el sábado, con la espalda endurecida por la bolsa de dormir y salí al pasillo al grito de "la casa es mía, la casa es mía", cual Golum (especialmente, por la voz carrasposa por recién levantarme).
Como no quería almorzar, me dediqué a comer uvas cada vez que abría la heladera, acto que repetí durante todos los días, en cualquier momento.
Por la tarde, fui en búsqueda de alcohol, helado y vainillas.
Preparación del postre con vainillas.
Poner vino en un plato
Lo curioso, es que las vainillas tienen mucha sed, y se toman todo el vino del plato… eso, o tienen problemas con el alcohol y no lo admiten (citando a mis compañeros facultativos, “las vainillas son cretinas”). Es por eso, que tuve que llenar una y otra, y otra vez el plato con el oporto.
Una vez que estaba hecho el “piso de vainillas”
Lo mejor fue darme cuenta que en el freezer, no entraba el postre Y el tarro de helado. Gracias a unos pases mágicos y a la decisión de cenar el lunes milanesa napolitana, todo quedó bajo control.Tras pelotudear (cantar, bailar y pegarme una ducha), me preparé un milkshake, que resultó muy dulce y guardé en la heladera (comiéndome uvas)
leche, helado de chocolate, azúcar, más helado, y salsa
Así que, lo próximo, fue sentarme a ver películas. Y cenar.
Así, hasta las 6 de la mañana.
Día 2 – Domingo – “La gran aventura se presentó en forma de fideos”
El milkshake La Stellita La pila de pelis
Tras ver una nueva película, me fui a bañar con AC/DC al mango.
Vaya uno a saber de qué ingeniosa manera perdí el tiempo hasta la hora de cenar
Mi tarea tuvo varias “surprises”:
1- La salsa no tarda en calentarse.
2- No puedo sacar una foto y revolver los dos cacharros a la vez
3- Intentar pescar un fideo para comprobar su “crudeza” no es sencillo. No es para NADA sencillo.
nótese mi dedo al estilo “está todo bien” Obvio que al hacer eso, se me cayó el fideo otra vez
Cuando me avivé que debía usar un colador
Y de nuevo, siguiendo los preceptos simpsónicos, al sillón a mirar una peli y cenar (¡pero por favor, que la funda no se manche!)
Día 3 – Lunes – “Reloj no marques las horas”.
Me encanta dormir. Es algo que disfruto increíblemente. Y si hay algo que me molesta y me pone muy nerviosa, es no poder hacerlo. Dar vueltas y vueltas hasta las 4 de la mañana, poner American Idol a bajo volumen y sin que surta efecto…apagar el aire porque tenía un ruidito rítmico desesperante… y, cuando esto pasa, no dejar de escuchar el fuckin tic tac del reloj (de la cocina y/o de la habitación de padre). ¡Qué ganas de romper todo!
Por temor a no levantarme, programé la radio para caerme de la cama con AC/DC a todo volumen. Y por temor a dormirme en el laburo, me preparé un café, riquísimamente aguado.
A sabiendas de que todo el mundo en el trabajo estaría esperando verme aparecer con los pelos chamuscados, con unos billetes roñosos para comprar la comida y una ropa andrajosa, decidí que debía hacerme la vianda y demostrar que puedo sobrevivir.
cortando el film o no ¡muere, maldito, MUERE! el boludeo cuesta minutos taran
el milkshake, hoy
Milagrosamente, no me dormí en el trabajo.
Y la vieja de mierda, no fue. “Estuvo trabajando toda la mañana en su casa en algo que le habían pedido y le dolía el brazo”. Y al otro día, era feriado… ¡saquen sus propias conclusiones!
Por la noche, decidí darle su merecido a esa milanesa napolitana que descongelé para guardar el helado.
Y quería acompañarla con puré. ¡Qué felicidad leer en el paquete las instrucciones para una porción! Nada de cálculos, gracias
yo, tratando de descifrar cuál sería la taza de té
Siguiendo con la tradición homerística…mi última cena sola:
Luego, vino Vicky a casa y disfrutamos de un cuba libre, de Mal Gusto, de la piratería y de las charlas sin fin.
Al día siguiente, llegaron mis padres. Y me fui a colar a Radiohead, pero eso es otra historia, que deberá ser contada en otro momento.
1 comentario:
hay una encuesta! que liiindo!
leo tard cmo siempre, me rei varias veces. muy buenas las fotos documentando. tato (:
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