Hoy:
-descubrí que las cosas, en la vida, no pasan como en las películas o como en los libros de Cortázar. Y que eso, no me tiene que bajonear, porque este cambio me hizo bien... de verdad, mi autoestima ya no está recontra pisoteada. Y aunque yo siga sin ver, me siento mejor conmigo misma. Eso es importante.
-no extraño al Nacional... pero es loco volver, caminar por esos pasillos con cierta sensación de libertad. Entrar y encontrar mi banco, con mi nombre, mis bandas, y la firma de una tal "Jus". Cruzarme con los profesores (Acera!!!! como lo quiero!)... es muy raro... pero es lindo.
-me junté con mis amigas, a charlar de la vida (porque cuando uno no se ve por un tiempito, hay que ponerse al tanto de las novedades.. aunque, por un lado, ese "tiempito" haya sido media semana)
-me compré un cuaderno y lo mejor que pude hacer, fue empezar a escribirlo, primero con mis penas estúpidas (y momentáneas... es la ciclotimia, que me alcanzaaaaa), después dándome ánimos para levantarme, haciéndome sentir mejor.
-me sinceré conmigo misma... tal vez no pueda transmitírselo a otros, pero yo lo tengo en claro
-ví la luna, llena y brillante, despejada.
-y te voy a poner las cosas en claro, a vos (¿?), a mi: no me gusta la dulzura nauseabunda, esa de conejitos y ositos rechonchos, de ojos brillantes... no. Y ojalá no caiga en esa dulzura... me repugna, me empalaga. Pero no todo es blanco y negro... ¡por suerte están los grises! Calculo que debo andar por ahí, pero todavía no me encontré. Y si me encuentro, no te voy a avisar (mi simpatía... no tiene límites, my friend!)
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